EDITORIAL: Debolsillo
Segundo episodio de la serie protagonizada por Leo Caldas, el inspector de policía de Vigo encargado, en esta ocasión, de esclarecer la muerte de un pescador que aparece flotando en las proximidades de una playa local. Domingo Villar (Vigo, 1971) obtuvo con su primer relato, "Ojos de agua" (2006), un notable éxito y fue galardonado con tres premios de novela policíaca: Sintagma, Brigada 21 y Frei Martin Sarmiento.
El hallazgo del cadáver del marinero plantea una serie de interrogantes que se complican debido al silencio de camaradas y vecinos, reacios a facilitar el trabajo de la policía. El inspector Caldas, buen conocedor del carácter desconfiado de sus paisanos, logra con paciencia y suma habilidad vencer las reservas de unos y otros y reunir los datos necesarios para descubrir la identidad del criminal. Contrasta la paciencia del inspector con el carácter pasional de su ayudante, un aragonés al que sacan de quicio las ambigüedades y hermetismo de los gallegos, a los que acusa de obstrucción a la justicia. El tipismo local, la belleza de los paisajes y las costumbres de pescadores y agricultores sirven de marco ambiental a una trama en la que antiguas rivalidades desembocan, al cabo de los años, en temores que provocan nuevos actos criminales. El autor, además de crear un atractivo clima de misterio, amparado en el sombrío clima de las rías, traza con acierto el perfil humano de unos personajes que muestran en sus reacciones el humor socarrón del pueblo gallego.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.
El hallazgo del cadáver del marinero plantea una serie de interrogantes que se complican debido al silencio de camaradas y vecinos, reacios a facilitar el trabajo de la policía. El inspector Caldas, buen conocedor del carácter desconfiado de sus paisanos, logra con paciencia y suma habilidad vencer las reservas de unos y otros y reunir los datos necesarios para descubrir la identidad del criminal. Contrasta la paciencia del inspector con el carácter pasional de su ayudante, un aragonés al que sacan de quicio las ambigüedades y hermetismo de los gallegos, a los que acusa de obstrucción a la justicia. El tipismo local, la belleza de los paisajes y las costumbres de pescadores y agricultores sirven de marco ambiental a una trama en la que antiguas rivalidades desembocan, al cabo de los años, en temores que provocan nuevos actos criminales. El autor, además de crear un atractivo clima de misterio, amparado en el sombrío clima de las rías, traza con acierto el perfil humano de unos personajes que muestran en sus reacciones el humor socarrón del pueblo gallego.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.
Nºs DE REGISTRO: 14005 y 14007
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