EDITORIAL: El Ateneo
Vasconcelos, escritor brasileño, ha puesto en esta obra mucha ternura y un toque de ingenuidad e ilusión. El menudo protagonista aparece definido por su desbordada fantasía, su carácter pícaro y travieso y, sobre todo, la necesidad de dar y recibir cariño. Las peripecias tristes y divertidas de este minúsculo personaje llegan por la vía emotiva al corazón del lector, que olvida así lo forzado de algún episodio: la muerte del amigo o la solución laboral del padre. Estilísticamente, la obra se apoya en un diálogo directo, simple y concreto, manejado con agilidad y destreza. En conjunto es una obra sumamente entretenida, se lee con gusto e invita a la reflexión.
Indirectamente, la obra encierra una dura crítica contra los procedimientos didácticos basados en el castigo físico. Los padres del pequeño héroe, agobiados por el problema económico, descuidan la comprensión y el diálogo con su hijo para estar presentes sólo a la hora de tomar las cuentas de las fechorías. La inconsciente "venganza" del niño es sustituirlos en su corazón por el amigo. De cualquier forma, esta crítica no es en ningún momento hiriente. Se aprecia en el tratamiento del tema un tratamiento muy emotivo-