AUTOR: LURI, Gregorio
EDITORIAL: Ariel
No es la primera vez que Gregorio Luri escribe sobre la situación de la educación actual;
siempre ha aportado sentido común y experiencia en una materia que se encuentra
al albur de los expertos. En este caso, el filósofo catalán continúa su
reflexión y detecta la causa de muchos de los males actuales de la enseñanza en
el paso de la escuela moderna a la posmoderna y en el excesivo enfoque
pedagógico.
Sin perder el optimismo, y con valentía, Luri explica lo nocivo de las nueva
metodología de enseñanza que, sin apenas contrastación empírica, se han
difundido en los colegios. Los alumnos han perdido así capacidad de aprendizaje
y espíritu crítico. Pero lo más hiriente es el desprecio del conocimiento, que
antes se consideraba una posesión preciosa. Muchas modas pedagógicas han
servido solo para acentuar este proceso, que impide que el alumno acceda al
saber y, por tanto, imposibilita del mismo modo el ascenso social.
Al hilo de esta crítica, Luri reivindica la escuela como lugar de adquisición de virtudes.
Las más importantes de ellas, como el esfuerzo o la tenacidad, son totalmente
despreciadas por el sistema académico de hoy, que premia la mediocridad especialmente.
Se propone, en este sentido, un repaso por las ideas pedagógicas de modo -la
pérdida de relevancia de la memoria, la aplicación de las nuevas tecnologías, etc.-
para mostrar que muchas de ellas convierten al alumno en adultos fácilmente
manipulables, en lugar de hombres responsables y maduros.
Además de explicar los resortes de la racionalidad
educativa, Luri defiende, en la
segunda parte de “La escuela no es un
parque de atracciones”, el conocimiento como un fin en sí mismo. Se
adentra después en los perjuicios y los riesgos, tanto actuales como futuros, a
los que conduce esta concepción ideológica de la educación. Con sentido común,
el maestro catalán muestra lo que la sabiduría clásica enseñaba: la educación
es el mejor medio para que medren los que tienen más necesidades. Libertad y responsabilidad
son las claves en las que los maestros ayudan a los alumnos a crecer.
En un momento como el actual, en el que se discuten las
leyes educativas, esta sabia mirada sobre la educación, que es tanto un
diagnóstico como un revulsivo, merece ser tenida en cuenta. Como afirma Luri, nos jugamos mucho: no solo la
libertad, sino todo el porvenir que dejamos a nuestros hijos. Un libro
recomendable para quienes estén interesados en la educación y sientan
preocupación por la deriva de la misma. Su lectura es entretenida, muy
formativa: un auténtico placer.
TROA.
Nº de REGISTRO: 184