AUTOR: TOLKIEN, J. R. R.
EDITORIAL: Debolsillo
“Egidio, el granjero de Ham”, presunta traducción de un manuscrito en latín insular que cuenta los orígenes del Pequeño Reino, fue publicada en el año 1949. J. R. R. Tolkien había concluido hacía poco “El Señor de los Anillos”, y Egidio es en muchos sentidos un anticlímax paródico en el que reaparecen, a veces como una broma erudita, la parafernalia caballeresca de” El hobbit” y “El Señor de los Anillos”, la insensatez y la vanidad de los poderosos, y el ascenso de un hombre común, mediano y sin ambiciones que llega a rey por los azares de una aventura. Como Bilbo, como Frodo, o como Sam, Egidio es un auténtico antihéroe.
“Egidio, el granjero de Ham”, no tenía el aspecto de un héroe. Era gordo y de barba roja y disfrutaba de una vida lenta y confortable. De pronto, un día, un gigante bastante sordo y corto de vista entró por error en las tierras de Egidio. Más por suerte que por habilidad, el granjero logró asustarlo y echarlo. La gente de la aldea lo vitoreó: Egidio el granjero era un héroe. La reputación de Egidio se extendió a lo largo y a lo ancho de todo el reino. Por tanto, era natural que cuando el dragón Chrysophylax visitó la comarca, todos pensaran que Egidio el granjero era el único que podía combatir con el dragón.
“El herrero de
Wootton Mayor”, el último de los cuentos que escribió Tolkien, apareció por vez primera en
1967, y es de algún modo la historia de una emoción terminal, la de quien en
vida ha visitado a menudo tierras misteriosas y descubre ahora la proximidad de
la muerte. La conjunción benéfica del mundo y de la fantasía y el mundo de los
hombres se consigue y se pierde en una transmisión de poderes.
Nº de REGISTRO: 13687
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