EDITORIAL: Palabra
Un chico de sus dieciséis años repasa su breve trayectoria vital desde que, a los diez, se inició en el estudio de la música. A partir del encuentro con un violinista callejero descubre que tiene un don, que es un niño prodigio. Pero sólo a través de una evolución personal dolorosa entenderá cómo usarlo para no destruirse a sí mismo convirtiéndolo en un instrumento del éxito.
La novela es entretenida y engancha, aunque en ella subyace un claro didactismo con un planteamiento moral de fondo. Con estilo coloquial, ingenioso y de fácil lectura, Santiago Herraiz, su autor construye una trama atractiva y amena para una franja amplia de edad en los lectores. El conocimiento de la psicología de los adolescentes y la capacidad de aproximarse a sus sentimientos de afirmación e inseguridad, unido a los conocimientos musicales que demuestra, dan credibilidad y realismo a lo que se narra. Es de destacar la descripción que hace el protagonista de su propio proceso degenerativo, desde el momento en que empieza a mentir, a desear la fama y encerrarse en su egoísmo despreciando amor y amistad e incluso prescindiendo de su familia. La culpabilidad ante una tragedia en la que se ve inmerso y el apoyo incondicional de su mejor amigo lo salvan y le descubren que el don para la música no es suyo y que adquiere su sentido cuando se ejercita para alguien. Es un libro para leer y para pensar.
Nº DE REGISTRO: 15579 al 15585
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