AUTOR: CASTILLO, Javier
EDITORIAL: Suma de letras
El empresario y consultor de finanzas Javier Castillo
(Málaga, 1987) inicia con su primera novela “El día que se perdió la
cordura” una serie de episodios donde alternan el misterio y la intriga
con la acción de extraños poderes, movidos por fuerzas maléficas del Más Allá.
El relato comienza de forma espectacular en la ciudad
norteamericana de Boston en vísperas de la Navidad de 2013. Un hombre desnudo
circula a mediodía por las calles con la cabeza recién decapitada de una joven
bajo al brazo. Ante el terror de los viandantes, la policía interviene para
detener al excéntrico personaje que ingresa en la prisión local para enfermos
mentales. El doctor Jenkins, psiquiatra director del centro junto a la agente
especial del FBI Stella Hyden, proceden al interrogatorio del asesino cuyo
testimonio abre nuevas perspectivas a un caso cuyos orígenes se remontan al
verano de 1996 en la localidad de Salt Lake. El imputado, que afirma llamarse
Jacob, se refiere al drama de un padre maltratador que le obligó al abandono del
hogar en plena juventud. Acogido en Salt Lake por un hermano de su madre,
conoce a una adolescente, Amanda que pasa las vacaciones en las ciudad junto a
su familia y surge entre ellos un amor que les transporta a un estado de eterna
felicidad. La interferencia de los padres de la chica impide la continuidad de
la relación y les obliga a separar sus destinos. A partir de ese momento, la
novela, como se anuncia en el título,” pierde la cordura” y se
adentra en un torbellino de sucesos disparatados en los que realidad, ficción,
escenas truculentas, desapariciones y venganzas, siembran la confusión en el
lector, incapaz de adentrarse en el mundo errático que rodea a los personajes.
Jacob se convierte en el eje de la trama en la que, tanto el director de la
prisión como la agente del FBI aparecen, de modo sorprendente, vinculados a la
historia narrada por el supuesto asesino. En la sombra, como promotores de las
nuevas decapitaciones que se producen en los días sucesivos, figura una llamada
‘Banda de los siete’ integrada por vivos y muertos, aunque el autor no
desvela su verdadera naturaleza con el fin de reservar la intriga hasta el
desenlace. Un final que no se produce ya que el relato deja para futuros
episodios la resolución del misterio que explicaría los motivos por los que una
larga cadena de mujeres jóvenes cae, víctimas de un destino fatídico. El estilo
descuidado, con repeticiones de términos y diálogos carentes de sentido,
muestra la inexperiencia y escasa capacidad narrativa del autor.
© Reseñas bibliográficas Fundación Troa.
Nº DE REGISTRO: 14591
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