EDITORIAL: PALABRA
Para jugar y divertirse no hace falta más que dejar correr la imaginación, y así las situaciones más normales pueden convertirse en momentos mágicos.
La casa de Margalata y Pergolete no era muy maravillosa para jugar, pero sí una de las habitaciones, la de la ventana redonda. En cuanto entraban y cerraban la puerta, la habitación maravillosa se convertía en lo que ellos querían, así, de repente... Lo decidían y ocurría.
Nº DE REGISTRO: 1755
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